Se creativo.
Tras elegir la ubicación, sólo tienes que dar rienda suelta a tu imaginación. El ingenio, aquí, es clave. Para ello, es imprescindible que conozcas el carácter de la marca, que sepas bien qué quieres transmitir y que lo materialices de la mejor manera posible. Haz pruebas con tus empleados o conocidos: es la manera de saber si realmente estás transmitiendo bien la idea.
Sorprende.
Revisa bien que lo que haces no haya sido hecho antes, que realmente tenga ese componente de sorpresa. Porque en la sorpresa está el quid de la cuestión; debes ir más allá de lo cotidiano, hacer que tu acción sea un momento del día que se quedará en la mente de los participantes.
Emociona.
Tu objetivo no siempre será vender; a veces sólo querrás sensibilizar o, lo que es lo mismo, formar parte, por un instante, de la vida de una persona. Para ello es clave la creatividad, que es la base del marketing sensorial. La clave está en hacer reflexionar, sonreír o emocionar. Que la marca “caiga bien” al finalizar la campaña será la prueba de tu éxito.
Interacciona.
Una de las grandes ventajas del Street Marketing es que te permite comunicarte directamente con tu target. Por ello, es básico que busques la interacción con el público para lograr el objetivo de tu campaña: permanecer en la mente, y si tienes éxito también en el subconsciente, de tu target.
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