lunes, 2 de noviembre de 2015

NO PLANIFICAR NO ES UNA OPCIÓN. #MicroPostMarketing

Uno de los grandes retos a la hora de implementar distintas estrategias en el entorno de la empresa o en el de cualquier organización, es el de no saber a dónde quieres llegar, qué variables pueden afectar a las decisiones que tomes, o no ser consciente de los recursos y capacidades que pueden suponer una ventaja competitiva para tu empresa.


Tenemos la suerte de disponer, a día de hoy, de una gran cantidad de materia desarrollada en relación a la Planificación Estratégica. Pero, ¿en qué consiste realmente?, y ¿cómo nos puede ayudar para alcanzar nuestros objetivos en el organización?

La Planificación estratégica es un proceso sistemático de desarrollo e implementación de planes para alcanzar propósitos u objetivos. Dentro del ámbito de los negocios se usa para proporcionar una dirección general a una compañía en estrategias financieras, estrategias de desarrollo de recursos humanos u organizativas, en desarrollos de tecnología de la información y crear estrategias de marketing.


En toda Planificación Estratégica se debe tener en cuenta cuál es la visión de la compañía (en qué nos queremos convertir en el largo plazo, nuestros propósito), cuál es nuestra misión (la razón de ser de la compañía, el por qué de nuestra actividad) y por supuesto nuestros valores corporativos (los principios, las creencias que rigen nuestra toma de decisiones).


Debemos tener siempre en mente todas aquellas variables externas no controlables que pueden impedir o dificultar la consecución de nuestros objetivos: factores económicos, político/legales, tecnológicos, sociales, consumidores, competencia, etc. El objetivo de este análisis consiste en identificar amenazas para afrontarlas mejor y aprovechar en mayor medida las oportunidades en el entorno de la empresa. 

Ser consciente de tus recursos y capacidades es clave para poder identificar las ventajas competitivas que pueden ser explotadas en tu empresa. Mediante este análisis descubriremos cuáles son nuestras fortalezas y debilidades.

Plantear objetivos para el largo plazo: de 3 a 5 años. Este dato variará en función de lo cambiante que pudiera ser el entorno. Estos objetivos deben de establecer el rumbo de la empresa, un horizonte alcanzable que guíe toda decisión en la compañía. 
Establecer objetivos que permitan aprovechar oportunidades, afrontar amenazas, y rentabilizar las ventajas competitivas, ayudando materializar la visión de la organización.


Formulación de diferentes alternativas a nivel operativo, evaluación y selección de las mejores. Aquellas estrategias que permitan alcanzar los objetivos en el largo plazo.
Implementación de las estrategias.

Control y evaluación. Se debe de realizar un constante seguimiento de los distintos planteamientos estratégicos con idea de asegurar una correcta consecución y corregir si se diera el caso, el planteamiento de los mismos.

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